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domingo, 1 de diciembre de 2019

Empresas Basicas de Guayana


Las Industrias Básicas de Guayana son recuperables
Todas las Industrias Básicas de Guayana están en paro técnico o con mínimos de producción
    La producción de alúmina por parte de CVG Bauxilum en 2018 fue de cero toneladas
Inversión, cambio de modelo y reivindicación de la misión y la visión de las empresas, pilares para la recuperación
    Un estado, tres sectores clave, 21 empresas agrupadas bajo un conglomerado llamado Corporación Venezolana de Guayana (CVG)… Estas forman las llamadas Industrias Básicas de Guayana. En palabras de Damian Prat, locutor, articulista y estudioso del sector industrial en el estado Bolívar, el término “básicas” se debe a que estas industrias representan la base de la cadena industrial de Venezuela, ya que los productos terminados que de estas compañías se derivan sirven de materia prima para otras empresas a lo largo y ancho del país. De allí su importancia estratégica.
          Es por ello que el segundo trabajo de la serie “Venezuela 2020 – El país que viene” se enfoca en la recuperación de las Industrias Básicas de Guayana. Luego de plantearnos en el trabajo anterior cómo recuperar la industria petrolera, consideramos que el siguiente paso es analizar este grupo de empresas ubicadas en Ciudad Guayana, y que marcan la dinámica de buena parte del estado Bolívar, el más grande en cuanto a extensión del país.
Corporación Venezolana de Guayana
        La Corporación Venezolana de Guayana, mejor conocida como la CVG, es un ente que agrupa a un conjunto de empresas ubicadas en Ciudad Guayana. Fue fundada el 29 de diciembre de 1960 con miras a crear una sinergia entre las actividades económicas del sector público y privado de la región. Actualmente es presidida por el abogado y político Pedro Maldonado. Sin embargo, Juan Guaidó designó a finales del pasado mes de septiembre una junta administradora ad hoc de la CVG, nombrando como su presidente al ciudadano Enrique Manuel Cardelis Inciarte.
        En la actualidad, 21 empresas forman parte de la CVG. Por el sector aluminio se encuentran CVG Venalum, CVG Carbonorca, CVG Cabelum, CVG Bauxilum, CVG Alcasa, CVG Alucasa, CVG Alunasa y CVG Rialca. El sector hierro-acero está representado por las industrias Sidor, CVG Ferrominera, Briqven, Comsigua, Briquetera del Caroní, Briquetera del Orinoco y Refractario. Las empresas enfocadas a servicios son Ferrocasa, Internacional, Conacal, Fundeporte, Tecmin y Sociedad de Garantías Recíprocas, según se recoge en el sitio web oficial de la CVG. Maderas del Orinoco (antiguamente Proforca) también se considera parte de las empresas básicas como parte del sector forestal.
        Empresas como CVG Bauxilum se encargan de explotar los yacimientos de bauxita y transformarlos en alúmina. Estos constituyen la materia prima fundamental para obtener aluminio primario. La venta de estos minerales se dirige en su mayoría al mercado nacional, abasteciendo a CVG Alcasa y CVG Venalum, principales productoras de aluminio, así como cilindros y productos laminados de este metal.  Otras compañías que se dedican a producir laminados de aluminio son CVG Alunasa y CVG Alucasa.
          Los procesos de Sidor (una de las más grandes e importantes de este conglomerado de empresas) inician con la fabricación de pellas y culminan con la entrega de productos tales como barras, alambrón y láminas de diversos tipos, entre otros.
          Por su parte, CVG Ferrominera Orinoco C.A. tiene como responsabilidad la explotación del hierro y sus derivados, para luego comercializar finos y gruesos de hierro, además de pellas para altos hornos y reducción directa. Ferrominera surge como resultado de la nacionalización de las empresas Orinoco Mining Company y Iron Mines Company of Venezuela, subsidiarias de la U.S. Steel y la Bethlehem Steel Company, respectivamente.
          Las industrias briqueteras, también conocidas como productoras de hierro briquetado o de briqueta de hierro son: Briqven, Comsigua, Briquetera del Caroní y Briquetera del Orinoco. Estas empresas se dedican a trasformar el  hierro en productos de mayor valor agregado, como son las briquetas, obteniendo así un importante rédito.
Actualidad de las Industrias Básicas de Guayana en números
          Todas y cada una de las Industrias Básicas de Guayana están técnicamente cerradas, o en el mejor de los casos, con niveles de producción históricamente mínimos. Vamos a dar ejemplos de las más representativas.
         CVG Alcasa ha venido mostrando un declive importante en los últimos años. Para 2007, esta empresa producía 180 mil toneladas de aluminio primario. Luego de la orden del entonces presidente Hugo Chávez a finales de 2009 de clausurar y desmantelar las Líneas I y II debido a la crisis energética que atravesaba el país, la reducción de la producción se acentuó al punto tal que la producción del año pasado fue de apenas 4 mil 500 toneladas, una disminución de 97,5 %.
         La otra gran empresa productora de aluminio primario, CVG Venalum, producía en el año 2006 441 mil toneladas del mineral. En 2018, 60 mil 200 toneladas. En 12 años se perdió 86,34 % de la producción.
          Sidor, la gigante del acero venezolano, con una capacidad instalada para producir 5,1 millones de toneladas al año de este metal y nacionalizada el 12 de mayo de 2018, produjo en 2007 4,3 millones de toneladas de acero. 11 años más tarde, apenas 50 toneladas. Podemos hablar de una paralización casi total, con 99,99 % de disminución.
          El caso de CVG Ferrominera, otro de los grandes emblemas del grupo de Industrias Básicas de Guayana, también es digno de destacar. De producir 22,5 millones de toneladas de mineral de hierro en 2006, año de reelección de Hugo Chávez sobre Manuel Rosales, pasó a 3 millones el año pasado, 86,6 % menos.
     Sin embargo, una la más dramáticas reducciones la tiene CVG Bauxilum, al pasar de una producción de 1 millón 904 mil toneladas de alúmina en 2005 a CERO en 2018, debido a que esta planta estuvo cerrada, obsoleta y prácticamente desmantelada el año pasado. Esta reducción de 100 % provocó que empresas como CVG Venalum y CVG Alcasa tuvieran que traer la alúmina importada en 18 buques por un monto de más de 120 millones de dólares, según reseña The Watcher Venezuela.

Producción de Empresas
Básicas de Guayana

    Un pequeño ejemplo de la conexión entre estas empresas básicas es el siguiente: Sin bauxita, no se puede obtener alúmina, que es la materia prima que necesitan CVG Venalum y CVG Alcasa para producir el aluminio primario. El detalle radica en que la empresa encargada de transformar la bauxita en alúmina es CVG Bauxilum. Por lo tanto, esa cadena de producción se encuentra rota en la actualidad.
  
      Un pequeño ejemplo de la conexión entre estas empresas básicas es el siguiente: Sin bauxita, no se puede obtener alúmina, que es la materia prima que necesitan CVG Venalum y CVG Alcasa para producir el aluminio primario. El detalle radica en que la empresa encargada de transformar la bauxita en alúmina es CVG Bauxilum. Por lo tanto, esa cadena de producción se encuentra rota en la actualidad.
Recuperación de las Industrias Básicas de Guayana
      Cecilio Pineda es secretario de organización del Sindicato Único Nacional de Empleados Públicos de la CVG (SUNEP-CVG). Es coordinador de proyectos industriales de la CVG y miembro principal de una agrupación llamada Intersectorial de Trabajadores de Guayana, conformada por dirigentes sindicales de todas las empresas.
           En opinión de Pineda, que conoce desde adentro el mundo de las Industrias Básicas de Guayana, recuperar empresas de la envergadura de Sidor, Venalum o Alcasa requiere de una gran inversión. No obstante, para poder contar con dicha inversión primero se le debe brindar seguridad jurídica a los inversionistas. “Estamos hablando de unas empresas básicas de gran tamaño. Primero debe haber una seguridad jurídica para los inversionistas. Tenemos que ir con asociaciones estratégicas con el sector privado, el sector extranjero. Mucha gente quiere invertir en las empresas, en el sector hierro, en el sector acero, en el sector aluminio, pero con esta incertidumbre política y jurídica no va a venir nadie”, expresó.
           En la misma tónica, la periodista Pableysa Ostos –quien hace vida en el estado Bolívar- argumenta: “Se necesita de una buena inversión en equipos y materiales, remunerar a tu personal como es debido, contar con un buen HCM… Además, se requiere de una buena gerencia”.
           Al tratarse de 21 empresas estratégicas, nos preguntamos si alguna industria o sector debería tener alguna prioridad. Pineda lo tiene claro. ”La prioridad de las empresas acá en Guayana tiene que ser el sector eléctrico. Tenemos que recuperar (las represas) Macagua y Guri. Primero Guri, porque es el que garantiza al menos 70 % de la electricidad al país. Y Macagua, que es la que genera los kilovatios que necesitan tanto Sidor como Venalum, y todas aquellas necesitan de kilovatios para prender sus hornos. No podemos intentar encender un horno de Sidor o Venalum sin garantizar que Guri esté al menos 80 % operativa. Sin él, no podemos hablar de recuperación de ninguna otra empresa, indicó.
Tamaño de la inversión requerida
           En este punto ocurre algo bastante curioso. Todos tienen claro que se requieren grandes cantidades de dinero para acometer la recuperación de las Industrias Básicas de Guayana, pero nadie se atreve a dar una cifra debido al número de empresas y la complejidad institucional –así como la actualidad- de cada una. “Es cuantificable, pero no sabría decir cuánto. Eso sí, el número es bastante elevado”, expresa la comunicadora social Ostos.
         “Se ha hecho un trabajo de revisión con los pocos técnicos que aún quedan en las empresas. No es fácil de cuantificar, dado que quienes administran las empresas son afectas al gobierno y no sueltan datos. En el caso de Venalum, recuperar una celda apagada requiere de unos 400 millones de bolívares y, cuando lo multiplicamos por las más de 900, eso sería más o menos el tamaño de la inversión solo para Venalum”, opina Pineda.
          “Por otro lado, recuperar una planta como Venalum, con la tecnología obsoleta que tiene, habría que evaluar si se eliminan esas líneas viejas y sale mejor ir al mercado internacional a invertir en nuevas tecnologías. Igual en Sidor”, añadió.
Tiempo para recuperar las Industrias Básicas de Guayana
          Ostos argumenta que recuperar las Industrias Básicas de Guayana requerirá de mucho tiempo. “Puede tomar años porque ha sido mucho el tiempo de omisión, de descuido, de malversación de fondos, de una gran corrupción en todas las empresas”.
           Para el dirigente sindical Pineda, se debe realizar una evaluación particular de cada empresa a la hora de establecer tiempos de recuperación. Ya hay técnicos dentro del Plan País propuesto por el equipo de Juan Guaidó trabajando en ello. “La idea es que se ponga operativa una planta rápidamente, dependiendo del sector. Tratar de que en seis meses a un año se active alguna producción pequeña. El problema es que el desastre es tan grande que se habla de hasta cinco años para recuperar en las mejores condiciones, contando con la inversión necesaria, una empresa de aluminio, por ejemplo”, sostuvo.
          Igual ocurre en el caso de Sidor. Allí hay plantas que se pueden recuperar rápidamente, pero faltaría el acero para poder producir cabillas, planchones y láminas. Por lo tanto, el tiempo de recuperación se proyecta casi siempre a un año para empezar a operar.
           Otro ejemplo es el de Carbonorca, que es la empresa productora de ánodos de carbón. Los técnicos estiman que en seis meses se puede estar produciendo carbón para la exportación. De esta manera poder generar divisas mientras se recuperan empresas como CVG Venalum y CVG Alcasa.
          El caso de Ferrominera, que es la compañía que trae del Cerro Bolívar el hierro hasta Puerto Ordaz, es más complejo. “Primero se debe realizar una adecuación de las vías férreas y arreglar las locomotoras, para así mejorar la logística de traslado del mineral. (Se tiene que) invertir en maquinarias en el Cerro Bolívar para poder extraer de mejor forma la mina y llevarla hasta Puerto Ordaz. Luego hay que ver la planta de pellas, toda la transformación que le hacen al hierro. También se habla de un año, mínimo, para empezar, no para producir al 100 %. Hablamos de un 10 o un 20 %”, indicó.
        “La idea es que las empresas primero se activen paulatinamente y que esa generación de ingresos permita a los trabajadores tener sueldos dignos, ir mejorando en la medida de lo posible las condiciones colectivas que se tenían antes cuando las empresas eran rentables y productivas. Todo esto se contempla en el Plan País”, complementó el secretario general de SUNEP-CVG.

         En palabras de Pineda, las empresas deben priorizar la misión y la visión de las mismas para poder salir a flote nuevamente. “De acuerdo con un equipo de trabajo de todas las empresas, las Industrias Básicas de Guayana son recuperables, pero primero debe ocurrir un cambio de modelo político y económico en el país. Con el modelo actual, donde la prioridad en muchos casos es la razón social y se pierde de vista la misión y visión que tiene cada empresa, no vamos a tener éxito”, finalizó.

Gobierno readscribe a la CVG 28 empresas básicas de Guayana
       El gobierno del presidente Nicolás Maduro pasó de nuevo a manos de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) las empresas básicas de esa región del país, luego de que desde noviembre de 2017 estuvieran bajo control de la Vicepresidencia Ejecutiva.
    La Gaceta Oficial N° 41.446 contiene el decreto presidencial N° 3.549 donde se detallan las 28 empresas que pasarán a ser controladas por la CVG, que está adscrita al Ministerio de Industria y Producción, despacho que dirige Tareck El Aissami.
De esta manera a partir del 25 de julio, fecha del decreto, el funcionario cuenta con «las más amplias facultades de reorganización, gestión y administración de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG).
       La CVG estaba adscrita desde noviembre de 2017 a la Vicepresidencia Ejecutiva, en ese entonces a cargo de El Aissami. Ahora, con el decreto de Maduro que otorga poderes especiales para su reestructuración, el funcionario agrega empresas a la CVG sobre la cual ya ejerce el control administrativo. Al frente de este conglomerado se nombró a Pedro Maldonado, quien también ejerce
Como viceministro de Industrias Básicas.
    Pedro Maldonado, viceministro de Industrias Básicas, fue designado como presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, conglomerado estatal que agrupa a las empresas de hierro, acero, aluminio y otros en el sur del país. El nombramiento fue publicado en la Gaceta Oficial N° 41.434.
   Maldonado viene de desempeñarse desde mayo de 2017 como director del Banco Central de Venezuela (BCV) donde presidía el Comité de Subastas de Divisas. Antes fue director general de Conatel entre 2010 hasta 2014 y trabajó con El Aissami en el Ministerio de Interior y Justicia, donde fue director  general de Derechos Humanos (2007-2009) y luego estuvo al frente del Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren).
Con esta designación se sustituye a Justo Noguera, gobernador de Bolívar, quien ejercía la presidencia de la CVG desde 2014, aunque fue brevemente relevado entre septiembre y octubre de 2017.

        El presidente Nicolás Maduro anunció la semana pasada la reestructuración de las empresas de Guayana y encargó de ello al vicepresidente de Economía Tareck El Aissami, quien contará con amplios poderes para ejecutar cambios, según lo previsto en decreto denominado «Régimen especial y transitorio para la gestión operativa y administrativa de la industria nacional del hierro, acero y aluminio», también publicado en la Gaceta Oficial N° 41.434.
    “Un decreto que tiene la fuerza presidencial que he estudiado muy bien para darle todo el poder al compañero Tareck El Aissami como ministro de Industria y Producción Nacional y vicepresidente de Economía para realizar todos los pasos tendentes a reestructurar, simplificar los sistemas de trabajo de producción de todas las empresas básicas de Guayana”, dijo Maduro.
     Los datos oficiales sobre la producción de las empresas básicas no se conocen desde 2015, debido a que el gobierno no difunde las memorias y cuentas de los ministerios. Sin embargo, una investigación de Transparencia Venezuela señal que, por ejemplo, la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) reportaba pérdidas por Bs 9.000 millones en 2016, debido a lo elevado de sus pasivos y una abrupta caída de la producción.


El desastre en las industrias básicas de Guayana es inimaginable

    El balance de improductividad y ruina del primer semestre de 2018, en las industrias básicas de Guayana, es aún peor que el del cierre de 2017 que ya era récord de todo lo malo. La producción de alúmina en Bauxilum y la de acero en Sidetur es CERO, mientras Sidor y Alcasa apenas llegan a 2%
El resultado final de 2017 en las industrias de Guayana fue terrible, una increíble ruina (ver: La “revolución” causó en 2017 el peor año de las empresas básicas de Guayana). Algo que parecía el fondo de todo, el “no-va-más”, tras varios años de sistemática y progresiva destrucción desde las políticas económicas del Gobierno, de concepto de gestión estatista salvaje y ultra centralista. Por la enorme corrupción roja, el abandono irresponsable de las inversiones y el mantenimiento de equipos e instalaciones, más la desastrosa alta gerencia de ministros y directivos de empresas, muchos de ellos sin calificación técnica para el cargo.
     Sin embargo, la robo-lución “logró” lo que parecía imposible: el primer semestre de 2018 termina con resultados aún peores, más destructivos y ruinosos. Un desastre inimaginable.

     Y, claro, repitiendo el cuento chimbo dictado y anunciado en 2012, 2013, 2015, 2016 y 2017, desde Miraflores y su séptimo ministro del área anuncian “un plan de recuperación” de las industrias estatales:  mismo “plan” que ellos aseguraron en cada uno de esos años sin que luego se hiciera nada.


Las industrias que “producen” CERO
     Por insólito que resulte, hay algunas empresas que muestran CERO producción en todo el semestre, es decir, ni una tonelada de lo que ellas debían producir y que por años o décadas produjeron.
      Peor que los desastrosos resultados de 2017 aunque parezca imposible de “lograr”.
Bauxilum planta cumplió 9 meses sin producir nada de alúmina. Nueve meses totalmente paralizada. Lo leyeron bien. La robo-lución la llevó a cero.
Sidetur Planta Casima (hoy CSN) cumplió el pasado viernes 29 de junio…¡un año! totalmente paralizada.  Cero producción de acero en palanquillas que es lo suyo. Como se lee.  Un año completo en parálisis total.

El aluminio en ruinas
        El primer caso es el de Bauxilum Planta (antigua Interalúmina) que es el segundo eslabón en la cadena industrial del aluminio.
     Esta planta, ubicada en la zona industrial Matanzas en Puerto Ordaz, produjo por casi tres décadas el tope de su capacidad instalada e incluso varias veces batiendo récords. Siempre fue estatal.  Siempre.
   En sus primeros años tenía capacidad para un millón de toneladas de alúmina y siempre cumplía.        Incluso en al menos tres ocasiones pasó del millón 100 mil por año.
   Al culminarse su ampliación, a finales de los 80, siempre producía rozando los dos millones de toneladas/año de alúmina, producto que es la base para que luego Venalum y Alcasa (también estatales) produjeran 630 mil toneladas/año de aluminio Tope de su capacidad instalada en conjunto.
    Y a partir de ellas, poco más de la mitad de esa producción era aluminio para exportación e ingreso importante de divisas para el país, haciéndonos menos dependientes del rentismo petrolero.
  Mas importante era que cerca de la mitad de ese aluminio era vendido a mas de 60 empresas transformadoras en toda Venezuela.
   Una cadena industrial de valor agregado que a su vez alimentaba a otras docenas o cerca de un centenar de empresas que con productos finales de aluminio producían incontables bienes y algunos  cientos de miles de empleos productivos.
   La industria de la construcción, de los envasados, automotriz, de electrodomésticos, de conductores eléctricos y un largo etcétera tenían su base en Bauxilum (Mina y Planta) y en Venalum y Alcasa.  Por eso a las industrias de Guayana se las llama comúnmente “empresas básicas”.
   Eso nos hacía más soberanos e independientes.  Con más patria. Todo eso ha sido sometido a la sistemática destrucción de  la robo-lución. Nunca hemos tenido menos patria que hoy, en estos tiempos del supuesto “plan de la patria”. Retrocedimos al menos 50 años. Pérez Jiménez se quedó corto.
    En 2017, Bauxilum planta produjo una miserable cifra de 212 mil toneladas de alúmina.  Cerca de 12% de su capacidad habitual. En 2018, cumplida la mitad del año, la producción es CERO.
   Es importante explicar que la caída ha sido sostenida durante al menos una década. Es la “obra” robo-lucionaria de todo el gobierno Chávez-Maduro.
   Ya en 2012 la producción cayó a 800 mil toneladas desde el millón 900 mil de inicios de los años 2000.
    En 2015 fue la mitad de aquella “menos-que-mitad”.  Se produjeron tan solo 460 mil toneladas.
    En 2016 fueron 300 mil y, como ya queda dicho, en 2017 bajó más hasta 212 mil.
   Ahora es cero en el primer semestre de este 2018.
    Y más allá del “bla bla” de ministros y enchufados, no hay ningún movimiento serio de inversión para recuperarla.  Ni siquiera para poner a funcionar al menos una línea de producción y al menos disponer de 200 mil o 300 mil toneladas en lo que resta de año.
   Motores y grúas dañados sin repuestos, cero soda cáustica en almacén, los malandros y “garimpeiros” que hacen de las suyas, se han robado cables, equipos de aire acondicionado, bombas de agua, etc.
    No hay casi buses para el transporte de personal. El ausentismo forzado supera el 80%.  No hay ambulancias, equipos médicos ni implementos de seguridad para la dura labor industrial.  No hay servicio de comedor industrial.
    La “caja” de la empresa se hace con la venta de supuesta chatarra.
    Eso sí,  el régimen ha importado desde “el imperio” (la coba del “bloqueo”) y también desde Brasil y Jamaica unas 80 mil toneladas de alúmina en estos seis meses.  Pagando no menos de 50 millones de dólares que habrían servido para recuperar alguna capacidad de producción.
   Los trabajadores denuncian que detrás de esa importación hay “guiso” y que se paga con el escaso aluminio que aún produce Venalum. Negocio redondo entre enchufados y jerarcas rojos.


Bauxita:  en seis meses lo que se producía en 3 días
        La base de toda la cadena industrial del aluminio es la extracción y procesamiento de bauxita que se hace en el cerro Los Pijiguaos, cerca de Caicara del Orinoco, 400 km Orinoco arriba hacia el oeste.
Esa bauxita, extraída por la estatal (siempre fue estatal) CVG Bauxilum (Mina que originalmente se llamaba Bauxiven) se transporta hacia Bauxilum Planta en Puerto Ordaz por medio de enormes “trenes” de gabarras aprovechando el período de aguas altas del Orinoco, entre mayo y diciembre. Unas 50 mil toneladas en cada viaje.
      La producción de bauxita era de entre 5 millones 500 mil y 5 millones 900 mil toneladas por año. Hasta que llegó la robo-lución destructora. Entre enero y junio de este 2018, se “produjeron” en Pijiguaos, 51.383 toneladas. Esa cantidad en seis meses. Eso confiesa el reporte oficial de producción que me entrega un grupo de trabajadores dolidos.
      La cuenta es sencilla.  Eso es lo que Bauxilum producía en… ¡tres días! (quizás tres días y medio) en  promedio antes de la destrucción roji-oliva. Y, pese a que ya hay inundaciones por las copiosas lluvias (por ejemplo en Puerto Carreño, Colombia), no se ha hecho ni el primer viaje del año con gabarras y los remolcadores por el Orinoco.
       Es que las embarcaciones y sistemas de grúas están “en el suelo”. Las deudas del Gobierno con la transportista son enormes y acumuladas. Ahora, ¿por qué se produce tan poquito?.
       La llamada “correa de bajada”, es decir la enorme cinta transportadora que lleva la bauxita desde el cerro hasta los patios cerca del Puerto El Jobal, se rompió por segunda vez y la tratan de reparar sin equipos ni repuestos, con escaso personal que incluso trabaja sin las normales y mínimas condiciones de seguridad industrial.
     Cosas del “gobierno obrerista”. Pero es mucho más que eso. No hay buses para el transporte de personal. No hay comedores industriales ni ambulancias. No hay ni una sola pala gigante activa. Todas convertidas en chatarra.
     Los grandes camiones roqueros CAT (que cargan más de cien toneladas) están igualmente en un “cementerio” de equipos que han sido “deshuesados”. Oxidados y sin repuestos, tras años sin mantenimiento.Y unos camiones de muy dudosa calidad, parte de aquellos “convenios revolucionarios” de Chávez con el autócrata Lukashenko de Bielorusia no duraban ni un año trabajando y ahora “medio parapetean” dos de ellos con las piezas de los otros.
     Solo se trabaja con un cargador frontal. Por todo eso y el haber salido de los técnicos conocedores para colocar enchufados roji-olívos, es la causa de ese desastre que le hace mucho daño a la soberanía económica de la patria.


Reciclando cuentos y ministros
        Al momento en que el lector revise este balance, el régimen podría haber hecho unos “anuncios” de cambios en las presidencias y directivas de las empresas.  O estará por hacer tales anuncios, según las versiones de grupos internos en pugna.
También anunciarán el séptimo u octavo “plan de recuperación productiva”. Todos los anteriores fueron solamente un bluff para renovar expectativas sin ninguna acción verdadera de consecuencia.
     A lo sumo hubo algunas “inversiones” tipo “Fondo chino” que no terminaron en nada más que el negocio y las comisiones.
    En los últimos 8 años, los de Chávez-Maduro, tras la ola estatizadora y de “control robo-lucionario” de las empresas, van 7 ministros de industrias:  el Chino Khan, Ricardo Menéndez, el general Barrientos, José David Cabello, Pérez Abad, Juan Arias y ahora El Aissami.
       Igual se suman presidentes de CVG como Rodolfo Sanz, el general Carlos Osorio, el general Calles, el general Gil Barrios y el general Noguera Pietri, éstos últimos en simultáneo, presidentes de Sidor.
    Cada gestión ha sido peor que la anterior. Todos han anunciado planes de recuperación, inversiones y aumentos de producción. Todos han terminado por registrar balances peores.
    Este pasado fin de semana hubo reuniones de grupos psuvistas, tanto sindicales, como militares en una disputa interna, con algunos capítulos muy feos de acusaciones de traición en los grupos y las cadenas de wasap.
    ¿Qué grupos internos ganarán o habrán ganado ya el control de esos cascarones vacíos, que, sin embargo, se prestan para negocios, guisos y contratos?.  Veremos.

Sidetur, Sidor, Venalum, Alcasa, Carbonorca, FMO, Briqueteras, Minerven
      Ya les mencionamos que Sidetur acaba de celebrar un terrible “cumpleaños” de 365 días sin producir ni una gota de acero. Tamaña irresponsabilidad contra Venezuela no es única. Les vamos a relatar detalles y consecuencias.
    Cada uno de los casos de las empresas del sector ferrosiderúrgico o del sector aluminio son parecidos. Sidor ha producido menos de 2% en lo que va de año. En otras palabras, 98% de destrucción. Alcasa está con apenas 6% de sus celdas de reducción activas, pero “raspando la olla” de alúmina vieja. Venalum apenas tiene 135 celdas, el 15% de su capacidad.
    Ferrominera cerró el semestre produciendo menos de la mitad de hierro que en el mismo período del año 2017 en el que ya produjo un 33% de lo que era su actividad habitual. Es decir, la mitad de un tercio. Y así.
       Los vamos a analizar en un segundo reportaje a publicarse esta misma semana. Es para llorar, pero hay que hacerlo. Necesario para saber la urgencia de seguir luchando. El daño no es solo a Guayana  Es un daño terrible a toda Venezuela. Nunca tuvimos menos patria 



OBJETIVOS DE LA CVG
-   Estudiar e inventariar los recursos de la Zona de Desarrollo de Guayana y de aquéllos situados fuera de ella, cuando las características de los programas de desarrollo lo requieran.
-   Planificar, desarrollar, organizar, coordinar, controlar y evaluar el aprovechamiento racional de los recursos de la Zona de Desarrollo de Guayana, con miras a su desarrollo integral, conforme a las directrices del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación y de los planes de ordenación del territorio.
-   Programar, coordinar y ejecutar el desarrollo industrial de la Zona a cargo del sector público.
-   Promover el desarrollo industrial del sector privado, conforme a la programación que se siga para el sector público.
-    Promover en la Zona el desarrollo equilibrado, en lo territorial, ambiental, económico, social, cultural, deportivo, turístico, recreacional y en los demás ámbitos que le encomiende el Ejecutivo Nacional, conforme a los lineamientos del Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación, con base en los principios constitucionales de integridad territorial, cooperación, solidaridad, concurrencia, corresponsabilidad y participación. A estos efectos, los demás organismos públicos nacionales, estatales y municipales con competencia en el área coordinarán con la Corporación, las actividades que realicen de planificación, promoción y ejecución de los planes, programas y proyectos de desarrollo de la Región Guayana.
- Promover, fortalecer y coordinar la organización, programación, desarrollo y funcionamiento de los servicios públicos requeridos para el desarrollo integral de la Zona, así como cooperar con los gobiernos de los estados comprendidos en la Zona y con las distintas Municipalidades existentes en la misma, a fin de lograr una mejor integración de los servicios que prestan.
-  Estudiar, desarrollar, organizar, ejecutar y administrar los programas y proyectos destinados al aprovechamiento integral y equilibrado de las aguas que se encuentran en la Zona y en especial, los programas y proyectos referidos al Río Caroní y su Cuenca y al Río Orinoco, así como sus afluentes de la margen derecha, respetando las fases del ciclo hidrológico, los criterios de ordenación del territorio y velando por su recuperación.
- Realizar los trabajos de exploración, prospección y explotación de las minas o yacimientos indicada en el artículo 2 de la Ley de Minas, conforme a las concesiones que a tales efectos le otorgue el Ministerio de Energía y Minas. La Corporación Venezolana de Guayana tendrá derecho preferente en el otorgamiento de dichas concesiones en la Zona, así como para mantener las que le hayan sido otorgadas. El Ministerio de Energía y Minas, previa propuesta de la Corporación, podrá establecer programas especiales a cargo de la misma.
- Cooperar, por instrucciones del Ejecutivo Nacional, en aquellos cometidos públicos relacionados con su objetivo principal, que podrán tener por objeto la ejecución de actividades fuera de la jurisdicción territorial de la Corporación.
-  Promover el desarrollo y ejecución de programas dirigidos a la protección y conservación de los recursos naturales presentes en la Zona. Para el cumplimiento de los objetivos establecidos en este artículo, la Corporación mantendrá y estimulará las relaciones institucionales y de coordinación con los Ministerios del Ambiente y de los Recursos Naturales, de Infraestructura, de Energía y Minas y cualesquiera otros organismos públicos que concurran por razón de sus competencias en las diversas áreas de su ámbito de acción.



Fuentes:

https://cotejo.info › Venezuela 2020



EVOLUCIÓN DEL TRICOLOR VENEZOLANO

De 1797 a 2006: Evolución del tricolor venezolano

Fue el 14 de julio de 1811 cuando bajo el cielo caraqueño, y de manera oficial, fue izada la Bandera de Venezuela por orden del Poder Ejecutivo Republicano. El amarillo, azul y rojo ondeó desde el Cuartel San Carlos, y posteriormente en la Plaza Mayor de Caracas, actualmente conocida como Plaza Bolívar.
Este tricolor, proyecto del generalísimo Francisco de Miranda, se aprobó por el Congreso Constituyente el 09 de julio de 1811.
Sin embargo, otros proyectos de bandera antecedieron a este tricolor patrio y de acuerdo a la revista Memorias de Venezuela, en su edición Nº 4, la bandera venezolana, cuyo día se celebra el 03 de agosto, ha sufrido a lo largo del tiempo más de 20 modificaciones antes de llegar a la que se conoce actualmente.
Bandera De Gual y España (1797)
Este tricolor fue diseñado por Manuel Gual para la fallida revolución que este, en
compañía de José María España, iniciaría en 1797. Se compuso por cuatro franjas laterales: amarillo, azul, carmesí  y blanco, en representación a las razas que poblaban el país. En la parte inferior, una franja azul con cuatro estrellas alusivas a las provincias de Cumaná, Guayana, Maracaibo y Caracas. Por último, un sol en el cuartel izquierdo en honor a la patria y a la igualdad que debe imperar en el país.

Bandera Militar de Francisco de Miranda (1800)
Este tricolor aparece en el año de 1800, bajo la denominación «Bandera de Miranda para su proyecto Ejército con el nombre de Columbiano». El tricolor fue diseñado con franjas paralelas del mismo ancho, con los colores negro, rojo y amarillo, que representaban los grupos étnicos: negros, pardos e indios.

Bandera Tricolor de Miranda (1806)
Luego de salir desde el puerto de Jacmel en Haití, el 12 de marzo de 1806, Francisco de Miranda enarbola lo que será la «bandera madre», pues de este diseño, derivarían los posteriores pabellones venezolanos hasta llegar al estandarte
actual. Esta bandera está formada por los tres colores primarios: amarillo, azul y rojo.

Bandera de la Independencia (1811)
De la «bandera madre» surge una nueva versión que fue izada el 14 de julio de 1811.
Contaba en su extremo superior izquierdo, con un escudo donde se aprecia la figura de una india sentada en una roca, portando un asta rematada por un gorro frigio y rodeada por diversos símbolos del desarrollo: el comercio, las ciencias, las artes, un caimán y vegetales; detrás de ella la inscripción «Venezuela Libre» y a sus pies, una cinta con la palabra «Colombia», la cual equivalía, entonces a «América».

Bandera del Gobierno Federal (1817)
El 17 de mayo de 1817 el Congreso de Cariaco dispone que se le incluya a esta
«bandera madre» (ahora sin el escudo) siete estrellas azules sobre la franja amarilla en representación de las provincias que conforman en principio la República Independiente: Cumaná, Margarita, Caracas, Trujillo, Barinas, Mérida y Barcelona. Para noviembre del mismo año, tras los resultados de la Campaña de Guayana, el Libertador Simón Bolívar decreta la adición de una octava estrella por la incorporación de la nueva provincia liberada.
Bandera decretada por el General Juan Crisóstomo Falcón (1863)
Después del triunfo de la Federación en 1863, Juan Crisóstomo Falcón dispuso que las
estrellas fueran siete, de color blanco y colocadas en la franja azul; formando seis de ellas una circunferencia y la séptima en el centro.





Bandera decretada por el Cipriano Castro (1905)
Para el 28 de marzo de 1905 la disposición de las estrella
sufrió un cambio cuando Cipriano Castro decretó que las siete formaran la circunferencia.
Bandera Nacional (1930).
Para el 15 de julio de 1930, y por decreto de Juan Vicente Gómez, las estrellas son dispuestas en forma de arco.

Bandera Nacional (1942)
Es el 22 de julio de 1942 que se emite otro decreto, esta vez por parte del Isaías Medina Angarita, mediante el cual se incluye el Escudo de Armas de la Nación al tercio amarillo inmediato al asta, solo en aquellas banderas que
se enarbolan en determinados establecimientos diplomáticos y militares.
Actual Bandera Nacional (2006)
Es para marzo de 2006 cuando la Asamblea Nacional (AN) de la República Bolivariana de Venezuela deroga la Ley de la Bandera, Escudo e Himno Nacional, del año de 1954, y modifica la composición del tricolor agregándole la desaparecida octava estrella decretada por el Libertador el 20 de noviembre de 1817, tal como aparece registrado en la Gaceta
Oficial Nº 38.394 del 9 de marzo de 2006.
El Escudo Nacional también tuvo modificaciones. Ahora el caballo está dispuesto hacia hacia la izquierda de quien lo observa, y aumentaron de 20 a 24 las espigas, en representación de los estados del país
También se incluyó en uno de los cuadrados en que está dividido el escudo un arco y una flecha, como símbolos de las armas indígenas, además del machete de los campesinos.

El 3 de agosto de 1806 Francisco de Miranda desembarcó en La Vela de Coro e izó por primera vez la bandera de Venezuela. Desde 2006, por decreto presidencial, el 3 de agosto se celebra el Día de la Bandera para recordar la primera vez que Miranda izó el pabellón nacional en territorio venezolano
¿Qué significan los colores y las estrellas de la bandera?
El significado de la bandera de Venezuela está muy relacionado con la historia independentista de este país, pues su creación corresponde a este período. Fue diseñada por el precursor de la independencia Francisco de Miranda, quien la traería al país en 1806 durante la expedición con la que pretendía libertar a la nación de España. El 3 de agosto de ese mismo año fue izada por primera vez en la torre parroquial de la ciudad de Coro.
A este diseño original se le añadirían posteriormente las estrellas y el escudo nacional, que se utiliza en las banderas que se izan en los organismos y actos oficiales. Así, la bandera de Venezuela cuenta con el siguiente significado:
Amarillo: representa la riqueza del país, su oro y la fertilidad de sus tierras.
Azul: hace referencia al mar Caribe de las costas venezolanas y también al cielo    azul que cubre a esta nación.
Rojo: representa la sangre derramada por los patriotas en la búsqueda de la independencia, por lo que se le considera como un símbolo del patriotismo y la lucha.
Las estrellas de la bandera: hasta el año 2006 fueron 7 las estrellas, estas representan a las 7 provincias que se sumaron al acta de la independencia cuando la misma fue promulgada: Caracas, Cumaná, Barcelona, Barinas, Margarita, Mérida y Trujillo. En el 2006 se le incorporó una octava estrella, añadiendo a la provincia de Guayana que, según decretó Simón Bolívar en 1817, también brindó su apoyo a la independencia.
Fuentes:
https://www.venezuelatuya.com 
https://culturizando.com ›